Antes de nada comencemos por explicar qué es exactamente la radiocirugía estereotáctica (SRS por sus siglas en inglés): consiste en una radioterapia no quirúrgica que se usa para tratar anormalidades funcionales y tumores pequeños en el cerebro.

Esta técnica emite dosis muy fuertes de radiación hacia áreas muy pequeñas, destruyendo así de manera muy eficaz un grupo pequeño de células cancerosas, lo que ayuda a su vez a conservar el tejido sano. Asimismo, debemos tener en cuenta que a pesar de su nombre, la radiocirugía es un tratamiento no un procedimiento quirúrgico. Es decir, no se hacen incisiones en el cuerpo.

En la actualidad, la SRS se utiliza para tratar diferentes tipos de tumores cerebrales como los benignos y malignos, primarios y metastásicos, simples y múltiples, tumores residuales tras la cirugía, tumores intracraneales, orbitales y en la base del cráneo, así como para tratar malformaciones arteriovenosas que interfieren con el flujo normal de la sangre en el cerebro (que provoca en ocasiones que éste sangre).

Tal y como determina un estudio publicado en la revista online sobre noticas médicas Cureus, la radiocirugía estereotáctica resulta más efectiva que la radioterapia de todo el cerebro (WBRT, por sus siglas en inglés) para tratar los tumores cerebrales.

Dicho estudio, llevado a cabo por investigadores de la Universidad de Missouri consistió en tratar los tumores cerebrales de 83 pacientes: a 37 de ellos se les aplicó SRS y los otros 46 pacientes recibieron WBRT.

Los resultados del estudio mostraron que los pacientes tratados tanto con SRS como WBRT, obtuvieron gran control en la propagación de las células cancerosas. Sin embargo, los que recibieron radiocirugía experimentaron menos disminución cognitiva en comparación con los que recibieron WBRT y su tasa de supervivencia media fue de 440 días, mientras que para aquellos que recibieron radioterapia fue de sólo 202 días.

El Doctor en Medicina  y jefe de la división de cirugía neurológica en la Facultad de Medicina de la Universidad de Missouri, Scott Litofsky asegura que: “Aunque esta terapia cuesta más, los resultados a menudo se pueden lograr de una a tres visitas, en comparación con 10 a 12 visitas para la radiación de todo el cerebro. Con los resultados obtenidos en este estudio, sugerimos firmemente que los médicos consideren la radiocirugía como un tratamiento inicial de radiación después de la cirugía”.

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