Recientemente hablábamos de la radiografía de cráneo y en qué casos utilizarla, hoy lo haremos sobre la radiografía de pelvis o rayos X de la pelvis, la cual se enfoca específicamente en la región pélvica, el área que se encuentra entre las caderas y que contiene muchos de los órganos genitales y digestivos. Además, está compuesta por tres huesos: el ilion, el isquion y el pubis.

¿En qué casos realizar la radiografía de la pelvis?

La radiografía de pelvis se realiza principalmente para detectar y diagnosticar lesiones  de los huesos, articulaciones y tejidos blandos. Y, por lo general, se suele solicitar su realización tras un evento traumático, como puede ser un accidente automovilístico o una caída, pudiendo ayudar a los profesionales a detectar las siguientes afecciones:

  • Enfermedad reumática que afecta la cadera
  • Inflamación en el área donde el sacro se une con el ilion (sacroilitis)
  • Artritis de la articulación de la cadera
  • Fracturas pélvicas
  • Rigidez de la columna y la articulación sacroilíaca (espondilitis anquilosante)
  • tumores de los huesos de la pelvis

Requisitos y preparación

1. Debe tener una petición médica

Su médico es quien le debe prescribir la prueba más adecuada según su sintomatología, indicándonos qué es lo que quiere obtener de su radiografía.

2. No tiene ningún tipo de contraindicación

La exposición a los rayos X es baja, los aparatos actuales utilizan una cantidad de radiación muy reducida para producir imágenes. Sin embargo, en el caso de mujeres embarazadas siempre es recomendable comunicarlo antes de realizar dicha prueba.

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