Uno de los principales obstáculos de los últimos años para la investigación en oncología ha sido detectar con precisión cuándo el cáncer de próstata vuelve a aparecer. Las pruebas más comunes, como la TC o las gammagrafías óseas, suelen pasar por alto lesiones pequeñas, lo que puede retrasar decisiones terapéuticas clave. Por eso, los resultados de una extensa investigación internacional han generado tanto interés: una técnica de imagen basada en PET-PSMA ha demostrado no solo localizar mejor la enfermedad recurrente, sino también mejorar la supervivencia de los pacientes.
El trabajo, publicado en The Journal of Nuclear Medicine, recoge los datos de un seguimiento de siete años coordinado por el London Health Sciences Centre Research Institute (LHSCRI, London, Ontario, Canadá). La conclusión es clara: la PET con PSMA (prostate-specific membrane antigen o antígeno de membrana específico de la próstata) ofrece una ventaja diagnóstica muy superior a las herramientas tradicionales.
Esta técnica se basa en una molécula radiactiva que, al circular por el torrente sanguíneo, se une de forma específica a una proteína presente en células del cáncer de próstata. Al fijarse a ellas, emite señales que permiten mapear con detalle dónde ha reaparecido el tumor. Este enfoque ha demostrado ser especialmente eficaz a la hora de revelar recurrencias que, con otros métodos, pasarían desapercibidas.
Los datos del estudio son contundentes. La PET-PSMA alcanzó una tasa de detección del 70 %, muy por encima del 10–20 % registrado históricamente por las gammagrafías o la TC. Como consecuencia, cerca de la mitad de los pacientes modificaron su plan terapéutico tras la prueba. Entre quienes sí presentaban recurrencia detectada, casi un 90 % experimentó un cambio en la estrategia de manejo clínico.
Uno de los hallazgos más relevantes es que los pacientes cuyos tratamientos se ajustaron según los resultados de la PET-PSMA presentaron mejores tasas de supervivencia global que aquellos evaluados únicamente con imágenes convencionales. Estos beneficios han impulsado que la técnica ya esté financiada como estándar de atención para hombres con cáncer de próstata avanzado en Ontario.
Tal como explica el Dr. Glenn Bauman, investigador del LHSCRI, disponer de imágenes precisas marca la diferencia: “nuestro estudio demostró que las tomografías por emisión de positrones (PET) con esta técnica permitieron tomar decisiones de tratamiento más personalizadas, y esos cambios se asocian con una mayor supervivencia. Este es un avance significativo para los pacientes y sus equipos de atención médica”.
Fuente imagen: LHSCRI


