¿Sabías que el cáncer de esófago se posiciona como el quinto tumor más frecuente del aparato digestivo en España (por detrás del cáncer colorrectal, gástrico, hepático y de páncreas)? Así lo determinan datos extraídos del informe “Las cifras del cáncer en España 2017” publicado por la Sociedad Española de Oncología Médica (SEOM).

El cáncer de esófago, además se sitúa entre los diez más frecuentes en el mundo, diagnosticándose en España anualmente 2358 casos (83.9% en varones) y su tasa de mortalidad es de 1830 casos al año, correspondiendo al 1.72%  del total de muertes por cáncer.

Para su diagnóstico, según la American Cancer Society estas son las pruebas radiológicas que se realizan con más frecuencia, ¡conócelas!

Tomografía Computarizada (TC):

Esta prueba radiológica puede ayudar a determinar si el cáncer de esófago se ha propagado a los órganos y a los ganglios linfáticos cercanos o a partes distantes del cuerpo.

Estudio con ingesta de bario:

Suele ser la primera prueba en realizar para conocer qué es lo que está causando un problema al tragar.

En este estudio, el paciente traga bario (un líquido espeso y calizo) que cubre las paredes del esófago. Cuando se toman radiografías, el bario delinea claramente el esófago y puede mostrar cualquier área anormal en la superficie normalmente uniforme del revestimiento interno del esófago, pero no se puede utilizar para determinar cuán lejos un cáncer se ha propagado fuera del esófago.

Resonancia Magnética (RM):

La RM se puede utilizar para ver las áreas anormales en el cerebro y la médula espinal que pueden deberse a la propagación del cáncer. Y para mostrar mejor los detalles, se puede inyectar gadolinio (material de contraste) en una vena antes de realizar dicho estudio.

Ecografía endoscópica:

Este estudio imagenológico es muy útil para determinar el tamaño de un cáncer de esófago y si ha crecido hacia áreas cercanas. Asimismo, puede ayudar a mostrar si los ganglios linfáticos adyacentes podrían estar afectados por el cáncer.

¿Se puede prevenir el cáncer de esófago?

Como ocurre con toda enfermedad, no es posible prevenir el cáncer de esófago pero si ayudar a que los riesgos de sufrirlo sean significativamente menores. ¿Cómo? Evitando los siguientes factores de riesgo:

  • Evitar el consumo de tabaco y bebidas alcohólicas.
  • Se deben consumir alimentos sanos y mantener un peso saludable.
  • El tratamiento del reflujo puede ayudar a prevenir el esófago de Barrett (trastorno por el cual el revestimiento del esófago presenta daño a causa del ácido gástrico) y el cáncer de esófago.
  • Aquellos que sufren Tilosis (enfermedad hereditaria que causa un crecimiento excesivo de la capa superior de la piel de las palmas de las manos y de las plantas de los pies), presentan más probabilidad de sufrir cáncer de esófago.
  • Aproximadamente 1 de cada 10 personas que padecen el síndrome Plummer-Vinson pueden sufrir cáncer de esófago de células escamosas.

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