Con motivo del Día Mundial de la Prevención de Cáncer de Colon, que se celebró el pasado 31 de marzo, desde Actualpacs queremos poner foco en esta enfermedad que, solo en 2021, fue detectada en 43.581 pacientes, siendo el tumor diagnosticado con mayor frecuencia en España.

Aunque el sistema de detección del cáncer colorrectal más utilizado es la colonoscopia óptica, hay otras vías de detección por imagen como la colonografía por tomografía computarizada (colono-TC o CTC), que está creciendo como opción alternativa y que, hasta ahora, se utiliza en casos particulares cuando se producen problemas con la colonoscopia o si hay posibilidad de que haya determinados riesgos al realizarla.

Sin embargo, según Juan Mesa, radiólogo de la Sección de Radiología de abdomen del Hospital Reina Sofía de Córdoba y responsable de Comunicación de la Sociedad Española de Radiología Médica (SERAM), “la colonoscopia óptica es una prueba invasiva no exenta de complicaciones, mientras que la colonografía por tomografía computarizada es una técnica de imagen mínimamente invasiva, con una tasa de complicaciones muy baja, económica y accesible, que tiene una alta precisión para detectar pólipos y el cáncer colorrectal”.

De hecho, se ha demostrado que la colono-TC tiene una precisión similar a la colonoscopia óptica en la detección de cáncer colorrectal y pólipos en pacientes sintomáticos. Por ello, esta técnica de detección por imagen es considerada la mejor prueba radiológica para el diagnóstico de cáncer colorrectal según las principales guías europeas, y ya se utiliza en la American Cancer Society como principal prueba con determinados pacientes.

Asimismo, esta técnica no requiere el uso de laxantes como la colonoscopia y apenas genera molestias durante su práctica, por lo que “suele ser muy bien tolerada por los pacientes”, según indica Mesa.

La radiología como disciplina clave en diagnóstico y seguimiento del cáncer colorrectal

Además del sistema de detección por imagen del cáncer colorrectal que estamos comentando, la radiología también es clave en otras fases del proceso del paciente, como la estadificación y el seguimiento de la enfermedad.

En estos estadios se utilizan técnicas como la Tomografía Computarizada (TC), que permite determinar si el tumor se ha extendido a otros órganos, o la Resonancia Magnética (RM), que estudia la extensión local de los tumores de recto o cataloga determinadas lesiones hepáticas. Estas pruebas “son imprescindibles para conocer el estadio tumoral del paciente y optimizar el tratamiento”, señala Mesa.

En este sentido, la radiología y los especialistas radiólogos desempeñan un papel crucial en el cáncer colorrectal. Esta disciplina es clave a la hora de marcar pronósticos y tomar decisiones sobre el tratamiento más adecuado para cada paciente.

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