¿Sabías que a una de cada dos mil personas se le practica una apendicetomía en algún momento de su vida? Para el diagnóstico de apendicitis aguda, que es la inflamación del apéndice que se encuentra al final del intestino grueso, la imagenología cumple un rol fundamental para evitar complicaciones, y entre las diferentes técnicas imagenológicas se suele recurrir a la resonancia magnética (RM), tomografía computarizada (TC) o ecografía.

Sin embargo, en algunas ocasiones la ecografía puede ser negativa o dudosa y se requiere una confirmación para definir una conducta de manejo de la situación, en estos casos se apuesta por la utilización de la resonancia magnética, la cual permite obtener gráficos del interior del cuerpo en 2 o 3 dimensiones, con el objetivo principal de localizar alteraciones en el organismo incluso en etapas iniciales.

El hecho de elegir la RM y no la TC, es porque la primera evita el uso de radiación ionizante y al no emplear medio de contraste oral ni endovenoso, la realización de la misma es más rápida.  Por este mismo motivo, en el caso de mujeres embarazadas, pacientes con riesgo de nefrotoxicidad y pediátricos también se recomienda el uso de la RM para el diagnóstico de la apendicitis aguda.

Está claro que no existe un número suficiente de estudios que defina y establezca al 100% la resonancia magnética como el patrón de oro en el diagnóstico de la apendicitis aguda, pero sí se puede determinar que esta técnica imagenológica es muy promisoria, ya que con los adelantos tecnológicos puede superar la eficacia y fiabilidad de la escanografía (patrón de oro).

Así pues, podremos concluir que la RM es una técnica segura, fiable y efectiva para pacientes con sospecha clínica de apendicitis aguda, especialmente (y como hemos comentado anteriormente) en aquellos casos en los que la ecografía realizada como primera opción es inconclusa y la escanografía  o TC están contraindicadas.

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